jueves, 30 de agosto de 2007

Naughty Hottie o persiguiendo furgonetas


Barrio de Tenderloin, San Francisco.
Basta con aguantar quieto 5 minutos en una esquina de la calle, observando, para darse cuenta de que este lugar tiene aires de ciudad: en San Francisco pasan cosas. Hemos dormido en el barrio de Tenderloin, donde se cuece el caldo de la ciudad. Calamares por aqui, boquerones por alla. Tenemos de todo: Gran Gangas de Teheran, Chun li's, Cantinflas, Asujiros Kakagatos... Nachete y Roque caminando sin parar de mirar a izquierda y derecha. Todo es nuevo para nosotros. A gusto.
Y en esas estabamos cuando vimos el rotulo del burdel que hay a la esquina del hostal: Come and see our Naughty Hotties!. Nos divirtio el adjetivo y el sustantivo, y parece que nuestra furgoneta quedara bautizada con ese nombre. Sera nuestra Naughty Hottie y ahora mismo es nuestra gran obsesion: buscamos una Volkswagen Westfalia de los 80 para bajar hasta la Patagonia, y el regateo parece que va a ser voraz (esperemos que funcione nuestro doctorado en Marraquesch). Pero nos van a oir.
Y los planes se acumulan... el Gran Canyon del Colorado, el parque de Yosemite patrimonio de la humanidad, el Tah Mahal de los parques naturales (dicen que antes de crearlo Dios hizo sus pruebas con los paisajes de Suiza), los neones (y las neonas) de Las Vegas...
Agradecemos la hospitalidad de Noemi y Sebastian, que nos dieron cobijo la primera noche (en la imagen). A Maria la conocimos anoche en la barra del 111 Minna, la galeria de arte-discoteca donde nos hemos bebido nuestro primer ron. Ella es nuestro primer gran descubrimiento del viaje, nos ha hospedado en su casa, y a sus ordenes nos hemos puesto, balleta en mano y delantal en cuerpo. Buen rollito.
Y aqui en su cocina, dos catetos buscando furgoneta en California.
Buscando a Naughty Hottie.
Os queremos.