Chiapas ¿o qué?

Y con una baraja de poker y unas cervezas en la nevera nos pusimos rumbo a San Cristobal de las Casas (donde hace un frio que te pasas). La sinuosa carretera se elevo desde Tuxtla Gutierrez y un amplio y verde valle se abrio ante nosotros. Atonitos nos recordo al Valle del Jerte con sus almendros en flor...pero mas selvatico y sin almendros.

San Cristobal es una ciudad colonial, de colores vivos, y en cuyo ambiente se respira una tranquilidad que explota al esconderse el sol, cuando los San Cristobaleños cambian su abrigo por el calor de los tequilas. Ahi estabamos los 3+2 (como Angel...Nieto) preparados y con los cuchillos afilados para darlo todo.

Dejamos nuestros enseres en la habitacion de la posada Mexico y nos pusimos manos a la obra, cervezas por doquier y para paliar el frio gorros en la cabeza (donde si no?). Como coincidencia adicional (el lector se ira dando cuenta que la vida de David es una constante coincidencia) nos encontramos a una amiga chilanga, Paolita, de Mazunte que se unio al grupo...ya eramos 3+2+1...

Entre mercadillos, compras varias de guitarras, autorradios, camaras fotograficas de fotos y conciertos de reggae se nos fue el tiempo en San Cristobal para acabar en San Juan Chamula, un pueblito de grande como la planta del pie de Roque pero que alberga una iglesia con mas misterio que dicha planta del pie. En la iglesia ritos indigenas se mezclan con ritos catolicos, el mezcal aproxima a los fieles a sus santos iluminados por velas esparcidas por todo el suelo, y para curar sus males las gallinas degolladas sustituyen al Ibuprofeno. Lamentablemente no hay fotos, por no acabar como las gallinas.

Carretera y manta....y nos fuimos a Palenque, ruinas Mayas abrazadas por la selva con mogollon de gorditos rosas con calcetines blancos, chanclas y gorritos como el del Inspector Gadget.

Y hasta aqui fue Chiapas, tierra del Ejercito Zapatista de Liberacion Nacional, del subcomandante Marcos y de La Ramona. Hey ho, let´s go!