jueves, 24 de enero de 2008

No news, good news


"Victoria y unos parientes garífunas en la Naughty Hottie"

Estimados lectores, después de las vacaciones de navidad y de las visitas recibidas retomamos la rutina del blog y del viaje.

La nochebuena fue bastante espectacular. La Ensenada, una aldea garífuna en el caribe de Honduras. Aquello parecía África, con un estilo infalible: el caribeño. Negros más oscuros que el tizón, una lengua autóctona difícil de descifrar, retumbe de tambores y danzas tribales tan interesantes como poco sofisticadas. Todo ello ante un marco doloroso para muchos de vosotros: las aguas cálidas del Mar Caribe, en el que uno se adentra cien metros y aún le llega el agua por las rodillas.
Si a todo esto le añadimos que la única piel blanca que se veía en la aldea era la nuestra y que las sábanas de la casa-hotel en la que nos albergamos eran de un blanco inmaculado (¡y además había TV por cable en la habitación!) podemos afirmar y afirmamos que fue una navidad bastante singular.

Pero quizás todo ello se quedó en nada al conocer a Gary, un negro maricón de metro noventa que nos acosaba de la peor de las maneras (y subrayamos lo de peor) y cuyo trasero contaba nada más y nada menos que con tres anos. Resulta que entre la pudiente comunidad gay caribeña se ha puesto de moda la cirugía trianal cuyo objetivo final es defecar por dos pequeños anos laterales y utilizar el central para higiénicas prácticas sexuales.

Sí, estamos de acuerdo, llegaba el momento de abandonar Honduras, la república bananera por excelencia (de ahí viene la denominación), el país con los peores conductores de Centroamérica, el único lugar donde la Naughty Hottie ha pinchado rueda (dos veces)... rumbo a Nicaragua.


"El sordomudo que arreglaba los pinchazos"

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