domingo, 17 de febrero de 2008

¿Señorita, me puedo ir de Panamá?


Las fiesteras huestes en Chitré

Efectivamente, no iba a ser misión fácil pasar el coche a Colombia. Es más, a los ojos de los panameños, era imposible. Pero como para el equipo es costumbre convertir lo imposible en impecable, nos pusimos manos a la obra con el objetivo de sortear los diversos obstáculos que se nos planteaban, a saber:
1) Es viernes antes de Carnaval. Panamá es famoso por tener el, supuestamente, tercer mejor carnaval del mundo. La gente ya tiene la cabeza en la fiesta
2) Los viernes, todas las oficinas pertinentes (aduanas, navieras, policía) cierran más temprano. La gente ya tiene la cabeza en la siesta
3) Todos ya sabemos que...bueno...las cosas de palacio van despacio en Panamá
4) La última cena con Biankus y la euforia copera en el jazzero "Platea" hicieron una notable contribución a nuestra resaca.

Pero sí, nosotros cuando nos ponemos, hacemos las cosas bien, porque somos buenos, muy buenos, y todo salió a pedir de boca. Llegamos exactamente 11 minutos tarde a todos los sitios que teníamos que visitar, pero a pesar de todo, la amable mujer de Aduanas, el afable Policía, la adorable cajera en el Banco Citibank, el joven becario de la Naviera Seabord Marine...todos supieron comprender nuestro perfecto entramado de verdades a medias y mentiras absolutas para hacernos el favor y ayudarnos a tener todo el papeleo listo en un tiempo récord. Imposible, decían. No sabían con qué clase de pirados estaban tratando.

Así que la situación es la siguiente: es viernes, son las 4 de la tarde, tenemos todo listo para poner la furgo en un barco el lunes por la mañana...y dos mujeres de estatura elevada nos invitaron anoche en Platea a unirnos a su troupe de españoles, franceses y panameños en un viaje a lo desconocido, lo mágico, lo húmedo y lo inagotable: los Carnavales de Chitré. Una gran propuesta, mucho que celebrar y pocas razones para decir que no, así que para allá nos fuimos. Y lo de húmedo tiene una explicación. Véase más adelante.

María podría definirse del siguiente modo: es alta y conduce rápido. Otros muchos rasgos podrían definir su físico o su personalidad, pero sólo estos dos nos importan ahora. De hecho, el primero tampoco tuvo nada que ver con la velocidad a la que tuvimos que evitar baches, hacer virajes a ras, derrapar en descampados sin finalidad alguna para llegar a Chitré a tiempo para las regaderas, mojaderas o como quiera que se llame a la acción y efecto de que unos energúmenos subidos a un camión cisterna te bañen indiscriminada y repentinamente con cientos de miles de millones de milímetros cúbicos de agua desde las 11 de la noche hasta las 6 de la mañana. Pero bueno, hemos venido a jugar, y jugamos, y si hay que mojarse, nos mojamos.

Así que ésa y la siguiente noche las pasamos empapados en agua y ron, rodeados de un grupo de personas increíbles, cada uno con su historia, su ocupación y su estilo. Simona, esperamos que no te quedasen muchos moratones de tu caída en la playa! Bea, cómo está ese pie? Y ese codo? Y esa rodilla? Y multitud de anécdotas se sucedieron a lo largo de 3 días muy divertidos, pero "multitud" es mucho que contar y en el fondo lo que queréis son fotos. ¡Ah, mil gracias a Nelly por acogernos en su casa! Podríamos haber dormido más, seguro, pero no mejor.

Como decía el del bigote y gorra de cuero, el show debe continuar, así que tristes pero motivados, agarramos carretera y manta para visitar un sitio que no es feo, es horrible, que no es peligroso, sino que las guías recomiendan dejar la cartera y hasta el alma en casa para no tener nada que perder. Se llama Colón. Y los tres anos del negro en Honduras derepente se tornaron en algo bonito en comparación con la oscuridad y pestilencia de este lugar. La palabra miedo no expresa suficientemente bien lo que es ir 4 guiris conduciendo con una furgo con placas estadounidenses por Colon.

Por suerte no nos perdimos demasiado por esas calles oscuras y sobrecogedoras, sólo un par de personas nos amenazaron de muerte y las pistolas con las que nos apuntaron llevaban balas de fogueo. Y logramos dejar a nuestra Naughty sana, salva y bien cerrada en una nave, para recogerla en Cartagena de Indias en una semana. Pero bueno...de nuevo pudimos experimentar que en este palacio, las cosas van despaciiiito.

Aunque nosotros, satisfechos de haber cumplido nuestra última misión, y contentos de conservar nuestras vidas prácticamente intactas, volamos en el bus más rápido que había hasta Panamá, y de ahí al aeropuerto. Porque queríamos dormir esa noche en Cartagena de Indias, Colombia. Y nuestro vuelo era en una hora. Y somos buenos, muy buenos, porque esa mañana nos despertamos en Playa Venao y dormimos en Cartagena de Indias, Colombia.


También hubo momentos de paz y relajación


Le pillaron en un pequeño desliz...


Water...is the essence of Moisture, and Moisture...is the essence of Life


Uno nuevo en el repertorio de deportes playeros

1 comentario:

David dijo...

Me encanta poder recorrer distintos lugares, y por eso busco datos de países para ir a conocerlos. Cada vez que consigo vuelos baratos a cualquier lado trato de obtenerlos para viajar de forma barata