El indomable Mark

Hay gente que pasara por nuestro viaje y que les recordaremos, algunos cariñosamente, otros mejor, otros peor, pero sin duda nos acordaremos de Mark el resto de nuestra vida. Es el mayor personaje que hemos conocido nunca y hemos estado codo con codo (incluso durmiendo dos noches en su casa) los ultimos dos dias.
Vamos a intentar explicar lo que han sido esas poquitas pero fructiferas horas junto a el, aunque advierto que cualquier intento quedara en vano. Algun dia sentados os tendremos que volver a explicar, frente a un buen vaso de vino, este suceso y lo que es mas importante de ello, las anecdotas, memorias, semblanzas, testimonios y aventuras que manaban a borbotones entre cigarro y cuba libre de la boca de nuestro actor principal. Mark Strauch. Americano, de Portland, Oregon, 52 años, 3 hijos y divorciado. Propietario de una tienda (con mucho gusto) de artesania de plata, SHOP AMIGO, en la Marina del Puerto de San Carlos, justo enfrente del yate del Sr. Slim (que se paso los dos dias enteros que estuvimos por aqui echando gasolina al barquito).
Todo empezo en Bahia Kino, despues de pasar la noche y limpiar nuestra casa concienzudamente, nos comimos unos taquitos y decidimos que el pueblo no tenia nada mas que ofrecer y tiramos rumbo al sur. Proxima parada era Guaymas y la Bahia de San Carlos 20 kilometros al norte, que avisaban en la guia, con un mirador espectacular del que admirar el ocaso. El caso es que fuimos directamente a Guaymas y nos colamos en el Hotel Miramar. Pegado al mar y enfrente de la Bahia de San Carlos, este hotel albergaba a dos parejas de enamorados perdidos y una de las calas con mas encanto que hemos visto en nuestra corta travesia. Eso añadido a la maravillosa puesta de sol que vimos, su patio interior, su jardin de cactus y el pequeño malecon privado con el que cuenta ha merecido que ocupe nuestro numero uno de playas. Un autentico deleite. Hemos decidido empezar a colarnos en todos los hoteles buenos que veamos, ya que nos roban en todos los precios por ser gringos (apesar de nuestro pronunciado bigote), nosotros vamos a contrarrestar tratando de pasar desapercibidos en las piscinas de los hoteles de lujo.
Al caer el sol nos empieza a entrar hambre, asi que tiramos para la Bahia de San Carlos vemos un bar que parece baratito y nos metemos. Resulta que era el antro de peregrinacion de todo aquel que busque un poco de diversion nocturna en el pueblo. Estabamos en casa. Estabamos en el Froggy`s. Despues de comer, varias margaritas y unas partidas de billar entramos en contacto con EL. No sabemos como pero acabamos todos (y en esa entran todas las personas circundantes a la mesa de billar) en su casa tomando copas, tocando el piano y haciendo el cafre. La noche llega a tal punto que botellas caen al suelo, gente se amenaza, se gritan, se pegan e incluso Mark intenta echar a las dos alborotadoras sin ninguna suerte ante la mirada atonita de nosotros dos. El caso es que se hace de dia y decidimos dormir en el sofa. Por la mañana (es decir 2 horas mas tarde) entra Larry en la casa. Americano, ex-CIA, espia de las fuerzas especiales de los EEUU, pelo canoso y que vive a costa de ellos gracias al cheque que le llega prolijamente todos los meses para ocultar un desastre militar en la costa de Israel. En escasos 10 minutos despierta a Mark (lo hace todas las mañanas para que Mark vaya a trabajar) nos cuenta la historia de como su submarino lo hundieron las fuerzas especiales de Israel y echaron las culpas a los Egipcios y como de ese conflicto internacional los propios EEUU se cayaron y nunca investigaron. Murieron 173 personas y sobrevivieron 127, el entre ellos. Para cuando nos queremos dar cuenta de lo que pasa y queremos hacerle unas preguntas el ya se ha ido. A la mañana siguiente volvio hacer lo mismo.
Despertados y con ganas de seguir al sur Mark empieza su retaila. Nos cuenta que el hizo el mismo viaje que nosotros...3 veces. Desde ese momento hasta la 21.00 de la noche, que nos colamos en una fiesta inaugural de una discoteca de moda fingiendo que eramos escritores de una guia de turismo española, no dejo de contarnos aventuras de todos sus viajes, con mapa en sus manos, fechas, nombres y todo tipo de hechos fascinantes. Vamos a intentar resumir muy rapidamente todo lo que nos conto aunque es muy dificil. Familia adinerada con un conglomerado de empresas enorme, se va a Barbados (le echan de la isla las autoridades...con tan solo 19 años), viaja en coche a Colombia desde Portland, en el camino le meten en la carcel en Panama y San Jose (problemas de visados, y pasaportes...era inofensivo...al menos nos parecio a nosotros), buscador de tumbas y ruinas imposibles por las selvas de latinoamerica, buscador de plata, secuestrado por las guerrillas del subcomandante Marcos, en una de sus excursiones rio arriba por la selva decide que va a construir un Hotel, vuelve a Portland y ejecuta todas las acciones que tenia del conglomerado este (el 33.33%), lo intenta y se arruina, vuelve a EEUU, vuelve a viajar hasta el sur, esta vez Venezuela, en Honduras le meten en la carcel, en Venezuela empieza a salir con una de las hijas del dictador...y asi un largo etc...profesor en Cali, escribe un libro sobre Economia Mejicana y Estadounidense y como hacer negocios entre los dos paises, da charlas en Universidades sobre los indios Tarahumaras (vamos a verlos mañana en la Gran Barranca del Cobre)...obnubilados y desconcertados nos deja...hilando una historia detras de otra...terminada la noche volvemos al Froogys y conocemos a la segunda gran persona de esta historia. Alex. Una persona con un corazon mas grande que su bar. Era el dueño del Froogys, gran creyente y con dos huevos mas grandes que un toro dejo El Paso para cumplir su sueño que era montar un bar en San Carlos, vivir tranquilamente y hacerse de oro. Lo consiguio. Al contarle nuestra historia y darse cuenta de que nosotros tambien estabamos cumpliendo uno de nuestro sueños Alex se encariña con nosotros, nos invita a unas Margaritas y nos presenta a toda su familia y no solo eso sino que al preguntarle nosotros si tenia algo de comer y darse cuenta que la cocina ya habia cerrado hacia 2 horas, nos dice que le sigamos. Nos lleva a la parte delantera del bar donde estaba el horno de leña y nos dice que vamos hacer pizza. Relamiendonos los bigotes nos ponemos manos a la obra. Masa, salsa de tomate (es el secreto), condimentos y horno de leña. La mejor pizza que hemos probado en nuestra vida. Hecha por nosotros. Nada de Napoles, ni Roma, ni Milan. Bahia San Carlos. Entre abrazos efusivos y buenas palabras dejamos a ambos, a Mark y Alex, y nunca jamas nos olvidaremos de los dos dias tan increibles que pasamos en San Carlos.

Seguimos rumbo al sur, el gran Barranco del Cobre, echarle un ojo a alguna fotillo por internet, ya que dicen que es una de las grandes maravillas de toda America. 4 veces mas grande que el Gran Cañon del Colorado y veces mas profundo.

Besos y abrazos.