domingo, 27 de enero de 2008

Nicaragua


"Así es como saludan los lugareños"


"Un futuro prometedor para Nicaragua"

¿Qué mejor forma de salir de Honduras que a punto de tener un accidente? Pues sí, y de los gordos, pero gracias al curso de conducción temeraria que Roque recibió de manos de El Pera allá por los 80 pudimos no sólo zafarnos de una muerte segura, sino también huir a todo trapo de la fea y bananera república de Honduras, para adentrarnos (con un excelente recibimiento) en Nicaragua, país del que sólo se sabe que es pobre, pero aún es más lindo...

Naturaleza salvaje por doquier, alternando sabana con jungla, lluvia con casi desiertos, volcanes humeantes en el horizonte, sin duda una grata sorpresa. Los comerciantes y agricultores recorren las carreteras en sus carros tirados por caballos, y las carreteras son tan malas que nuestra velocidad no podía superar a la suya. Ejemplo: "¿Cuánto queda para llegar a León?" "Como dos horas". Los carteles de tráfico indicaban una distancia de unos 35 kilómetros, con lo que pensamos que los lugareños pensaron que pensábamos recorrerlos haciendo el pino. Pero no, en Nicaragua se tardan 1 hora y media (y más) en hacer 15 kilómetros, a no ser que te paguen por conducir y te llames Carlos Sainz.

Así que comenzó nuestra aventura por Nicaragua, la de los tres valientes (con Paul cubriendo la banda de Nacho). Pasamos noche furgonetera en León, espantada de Managua huyendo de sospechosos gringos pedófilos (de ésos que te mandan una cerveza desde la mesa de al lado y te guiñan el ojo de la cara) y rumbo a Granada, ciudad colonial por todos recomendada y por nosotros disfrutada de lo lindo.

Allí el destino nos llevaría con mano firme hasta el Hospedaje Cocibolca, donde un señor de acento no sólo español sino que además soriano nos lanzó un "Hombre, !españoles!" que nos hizo mirarnos, sonreír y pensar "Este hombre va a ser muy interesante"...Viajero empedernido, no había vuelto a España en 50 años pero conocía de memoria todos los pueblos, aldeas y gentilicios desde Tijuana hasta la Tierra de Fuego, qué memoria la de ese hombre. Nos forzó a prometerle que visitaríamos cuatro destinos: Bocas del Toro en Panamá, Buga en Colombia, Trujillo y Nazca en Perú. Prometido queda.

Y después de esto y como ya se acercaba el fin de año, qué mejor sitio donde celebrarlo que una playita...y no una cualquiera, sino la de San Juan del Sur. No nos atrevemos a cambiar el anuncio de cerveza, no vaya a ser que se enfaden nuestros fans en las Seychelles o en la Polinesia, pero ésas son, probablemente, las mejores playas del mundo: Playa Maderas, Playa del Coco, Playa de la Flor...eternidades de arena blanca enmarcada entre hileras de palmeras casualmente simétricas y un Océano Pacífico bravo para surfearlo o perfecto para quedarse embobado horas y horas frente a él. Y así hicimos durante prácticamente una semana: aparcamos la furgo a 2 metros de la playa y nos acostamos bajo la luna y nos despertamos con el sonido de las olas los últimos días del 2007 y los primeros del 2008.

La fiesta, como no podría ser de otro modo, nos deparó una pequeña sorpresita, y ésta buena, que no todo podían ser robos. !Nos encontramos con alguien conocido! Sí, Violeta, la hermana de Tatu, estaba en San Juan del Sur y además nos la encontramos. Aunque estas cosas, sinceramente...ya no sorprenden.

Y vista más o menos Nicaragua (aunque esprintando al final), pusimos rumbo al país del que tanto se habla por aquellos tiempos en que lo anunciaba Teresa Rabal, o sea, ¡Costa Rica y nada más!


"¡Qué grande Bernardo!"





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